En este blogpost, investigaremos y exploraremos maneras en las que podemos entender y concebir lo que somos. Veremos cómo, aunque no siempre lo notemos claramente, tenemos concepciones implícitas de la realidad; investigaremos sobre cómo se manifiestan estas y sobre qué efectos pueden generar sobre nosotros. Hablaremos de la importancia que tiene una buena epistemología relacionada con el tema de la identidad personal además de su importancia más general. Exploraremos 3 visiones de la identidad personal propuestas por Daniel Kolak, el individualismo cerrado («soy este individuo / persona / animal…»), el individualismo vacío («soy este momento de experiencia») y el individualismo abierto («todos los seres son en realidad uno solo»). Argumentaremos sobre cuáles de estas visiones tienen mayor concordancia con la realidad, discutiremos la importancia ética que tienen y terminaremos discutiendo maneras interesantes y tal vez útiles en que podemos mirar estas mismas.
Grafitti que encontré en la universidad nacional
Tenemos concepciones implícitas.
Si nos preguntan cuál es nuestra concepción de algo, en muchos casos primero imaginaremos concepciones en forma de palabras así como de descripciones explícitas, «creo que la tierra es un planeta que orbita alrededor de una estrella a la que llamamos sol» «creo que una estrella es una bola gigantesca de plasma donde ocurren reacciones de fusión que liberan energía». Sin embargo, las descripciones explícitas no son la única forma en que experimentamos concepciones sobre lo que es algo, cuando imaginamos, por ejemplo, una silla, existe como parte de nuestra representación mental de esta un algo (¿tal vez una textura? ¿tal vez una vibra?), que nos dice «esto es una silla». De la misma manera cuando pensamos en alguien, hay algo en su representación que dice «esta es [la persona sobre la que estemos pensando]». Estas formas en que nuestras experiencias comunican sobre su contenido, en las que concebimos de las cosas, tienen / transmiten también otras características, como el qué tanto nos gustan o disgustan, una relación con otras representaciones, etc.
Como analizaremos más adelante nuestras concepciones implícitas (¡así como todo nuestro entendimiento de la realidad!) son extremadamente importantes éticamente debido a los efectos que estas pueden tener sobre nuestra forma de actuar y a la forma en que estos son reales y en muchos casos realmente negativos o positivos.
Es importante también tener en cuenta que en muchos casos, concepciones implícitas que se sienten como verdaderas no lo son (cosa que podemos en algunos de estos comprobar más allá de una duda razonable).
Qualia, qualia proposicionales, qualia ontológicas.
Esta palabra (qualia) se refiere a la gama de formas en que se presenta la experiencia. Las experiencias pueden ser vívidamente coloridas o simples y monocromáticas, pueden ser espaciales y kinestésicas o carecer de geometría y direcciones, pueden mezclarse con riqueza o sentirse como provenientes de dimensiones mutuamente incomprensibles, etc. Los ejemplos clásicos de qualia incluyen cosas como la rojez del rojo, la acidez de la lima y el resplandor de la calidez corporal. Sin embargo, el concepto de qualia se extiende a categorías mucho más allá de los ejemplos clásicos, más allá de las concepciones más audaces de nuestro sentido común. Existen modos de experiencia tan completamente diferentes de todo lo que hemos vivido como los qualia visuales son diferentes de los qualia sonoros.
Definición de qualia, del glosario del qualia research institute
Estos «algo», que nos dicen cosas sobre lo que estamos representando en nuestra experiencia, que guardan concepciones implícitas, también son un tipo de qualia. Andrés Gómez Emilsson les llama Qualia proposicionales. Hay qualia proposicionales que nos dicen cosas comunes «mundanas», «del día a día», pero de la misma manera hay qualia proposicionales que van más profundo (y de estas una gran variedad), que contienen información de nuestras concepciones implícitas sobre la naturaleza de la realidad y de quienes somos, etc. A este tipo de qualia, Andrés le llama Qualia ontológicos.
En el nivel más básico, una ontología es un relato de lo que es real y lo que existe.
Definición de ontología, del mismo glosario.
Si nos hacemos la pregunta de quién somos, emergen respuestas entonces en forma de estos qualia ontológicos. Tal vez siento que soy Arturo, que soy mi cuerpo, que soy los momentos que recuerdo, que seré los momentos de mi futuro, nos identificamos con algo. Existe un rango muy grande de formas posibles para concebir lo que somos y de sentirlo.
¿Cómo se sienten diferentes ideas sobre la naturaleza fundamental de la realidad? ¿Todo es átomos? ¿Todo es campos? ¿Todo es qualia? ¿todo es transformaciones que se le pueden realizar al cero?¿Cómo podemos lograr no sufrir a causa de nuestras ontologías?. En esta meditación sobre las ontologías Andrés Gómez Emilsson explora estos temas.
Nuestros antepasados fueron seleccionados por la evolución para en su mayoría identificarse con el «individuo» (o llámemoslo persona, o animal, etc) que «son» (o que creen que son), causando que este mismo tipo de qualia exista en la mayoría de los seres humanos actuales. Corremos una representación egocéntrica del mundo en nuestras cabezas. Existe usualmente en cada momento de experiencia una sensación que dice «soy esta persona». Daniel Kolak llamó a esta visión de la identidad personal «individualismo cerrado«. Eres un segmento, empiezas a existir cuando naces y dejas de existir cuando mueres (o después de eso sigues existiendo en la vida después de la muerte o la reencarnación, etc). Sin embargo, como ya exploraremos a mayor profundidad más adelante, existen una gran cantidad de problemas con esta visión de la identidad personal (por ejemplo ¿cuál es nuestro «cargador» de identidad? ¿por qué los sistemas físicos que somos se convertirían en entidades fundamentales o clases naturales?).
La epistemología es muy importante.
La epistemología es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza, el origen y los límites del conocimiento.
La epistemología se pregunta qué es el conocimiento, cómo se adquiere, qué justifica las creencias y cómo se puede distinguir entre las que son verdad y las que no. La epistemología busca comprender los fundamentos del saber humano y quiere desarrollar criterios para evaluar la validez de las afirmaciones de conocimiento en diversos campos, desde la ciencia hasta la metafísica. Para llegar a comprender real y apropiadamente cualquier cosa, es indispensable que nos acerquemos a esta misma con una buena epistemología. Si no nos acercamos con esta simplemente vamos a perdernos y vamos a creer que algo es lo que realmente no es. La epistemología es como un mapa y unas instrucciones (instrucciones como por ejemplo, el método científico o la lógica) que nos guían hacia generar modelos apropiados de la realidad.
Imágenes de la diosa de la epistemología. Ella ama la epistemología y la verdad. Reconoce el gran poder que una buena epistemología tiene para mejorar nuestras condiciones y mira con asombro este hecho. Intenta encontrar formas inteligentes en las que podamos acercarnos más a lo que es cierto. Siempre lleva consigo un espíritu de duda y no se acomoda fácilmente en las creencias. Trata de encontrar inconsistencias lógicas y falacias (las cuales, usando trucos, parecen y se sienten como si fueran correctas), las busca para poder resolverlas y sanarlas con amabilidad. Ama las demostraciones matemáticas y los experimentos de la física. Le gusta la idea de la píldora púrpura.
El universo y sus principios está, ha estado y siempre estará ahí independientemente de nuestras estéticas y creencias personales.
El universo sigue varios principios que le dan su forma, estos mismos nos pueden guiar para encontrar la verdadera naturaleza de la realidad. Muchos de estos principios se centran alrededor de cosas que de una manera tienen mucha belleza en su simplicidad y sus patrones. Por ejemplo, podemos derivar las leyes de conservación de un sistema físico con el teorema de Noether, que nos dice que estas mismas se obtienen de varias simetrías. Si un sistema es invariante bajo simetrías translacionales, entonces el momentum lineal se conserva; si es invariante bajo rotaciones, el momentum angular se conserva; si es invariante bajo translaciones temporales, entonces la energía se conserva. El modelo estándar de partículas también se deriva de simetrías.
Todo esto lo digo para argumentar que aquello que nos está mostrando la manera en que derivamos las constantes físicas tal vez nos está apuntando al hecho de que, de una manera, el universo no es arbitrario y «lo que sea que imaginemos», hay algo real por descubrir y comprender y este sigue principios y patrones precisos. De una manera, la verdadera naturaleza del universo es similar al hecho de que 5+5=10.
Cuando pensamos sobre el universo estamos pensando en algo real, aunque lo que experimentamos son representaciones de este mismo, estas mismas se están refiriendo a algo existente y este mismo simplemente «está ahí» sin importar lo que pensemos sobre él. Este mismo principio aplica para nuestros razonamientos de la identidad personal, por supuesto.
«es lo que es»
El agua en minecraft tiene comportamientos «imposibles», puede expandirse y fluir infinitamente desde una única o muy pocas fuentes, cosa que el agua real no puede hacer. Esto es posible debido a que el agua de minecraft no es verdadera agua sino código corriendo en transistores que actua como si fuera agua, de la misma manera, podemos correr en nuestra representación del universo «programas» / modelos / ideas que aunque se pueden sentir extremadamente ciertas y verdaderas, no lo son. Una buena epistemología nos permite distinguir cuales de estos «programas» apuntan a una verdad externa y cuáles no.
Realismo indirecto de la percepción, somos momentos de experiencia que adoptan la forma humana y el individualismo vacío.
Un muy buen lugar desde el cual podemos empezar a preguntarnos y a explorar posibilidades sobre lo que realmente somos es el analizar la estructura de nuestra experiencia, la manera en que esta misma se comporta y las maneras en que esta se puede comportar en estados exóticos. Esta importancia de los estados exóticos sigue el mismo patrón que sigue el hecho de que, para entender muchos fenómenos físicos, analicemos el comportamiento de estos en situaciones extremas (o por lo menos diferentes de las usuales de «temperatura ambiente»), como temperaturas muy bajas o muy elevadas, etc.
Muchas veces, en estados alterados de consciencia, se producen cambios en aquello que concebimos implícitamente como el mundo exterior o como una «conexión directa» con el mismo. Se pueden generar patrones geométricos exóticos, se pueden generar cambios en colores, cambios en formas (no solo bidimensionales), pueden haber alteraciones en los sonidos y sus texturas, cambios en las sensaciones corporales, puede haber sinestesia (por ejemplo, experimentar qualia visuales en base a estímulos que usualmente generarían qualia sonoros) y así una muy gran variedad de efectos exóticos. Las maneras en que podemos jugar con la estructura de nuestra experiencia y de descubrir cómo nuestro cerebro representa la realidad no se limitan a las inducidas por sustancias psicoactivas. El ejemplo más claro es el de los estados tan diferentes a nuestra vida cotidiana que podemos alcanzar con la meditación. Otro ejemplo interesante son los autoestereogramas, que nos permiten entender cómo la sensación de profundidad en nuestro campo visual no se debe a una conexión directa con el exterior, sino que es generada por nuestro cerebro a través de «trucos» que pueden ser en últimas explicados por la física de nuestra representación de la realidad. En los autoestereogramas, la información que le permite a nuestro cerebro generar una imagen con profundidad se codifica en una superficie bidimensional. Podemos ver esta imagen desenfocando / relajando nuestros ojos hasta que estos se acomoden en una posición que nos permita verla.
Autoestereograma de una langosta (para ver la imagen oculta podemos desenfocar / relajar los ojos hasta que se acomoden de tal manera que se vea la imagen con profundidad)
forest synesthesia por symmetric vision
En muchos casos, se llega al punto al que nuestra experiencia deja de ser una representación del mundo que nos rodea y de nuestro «yo» y se convierte en algo más. Podríamos decir que empieza a actuar como un sistema físico ahora más independiente de las entradas que le llegan por medio de los sentidos y de los condicionamientos que usualmente le dan su forma, algo así podemos ver en esta replicación. Existe una muy gran variedad de estados muy extraños en los que experimentamos cosas extremadamente diferentes a nuestras experiencias cotidianas: podemos experimentar espacio sin límites podemos experimentar geometría hiperbólica y así una grandísima cantidad de posibilidades.
Probablemente en la mayoría de los seres humanos, existe la concepción implícita de que observamos el mundo directamente (concepción también conocida como realismo directo de la percepción), de que lo que tenemos en nuestro campo visual (en este instante muy probablemente un dispositivo tecnológico), en nuestra audición, en nuestra propiocepción, etc. Es directamente el dispositivo externo, es el sonido de las voces, es nuestro cuerpo o es cualquier otra cosa que tenga una representación dentro de nuestra experiencia. Sin embargo si lo pensamos bien, el hecho de que nuestras experiencias se puedan alterar de maneras tan extrañas, debería generar mucha confusión frente a esta concepción ¿qué está sucediendo?. Si quisiéramos sostener el realismo directo de la percepción, tendríamos que generar explicaciones muy extrañas y poco plausibles, ¿estamos generando alucinaciones por encima de nuestra percepción directa? ¿pero dónde están estas alucinaciones? ¿las estamos generando solo en el cerebro? ¿pero si es así por qué las vemos afuera? ¿las estamos enviando hacia afuera? ¿pero si es así por qué los demás no las ven?.
Entender lo que estamos experimentando no como una experiencia directa del mundo sino como una representación o simulación de este mismo adentro de nuestros cerebros (el realismo indirecto de la percepción) da una explicación mucho más acorde a la naturaleza de nuestra experiencia y que puede comprender los efectos de estos estados alterados de consciencia de una manera mucho más clara.
Podemos así entender nuestra experiencia como momentos de experiencia en nuestro cerebro, los cuales son sistemas físicos hechos de experiencia, de qualia. Estos sistemas físicos fueron seleccionados durante nuestro proceso evolutivo para tomar una forma que imita al mundo exterior, para tener un sentimiento del yo, para tener qualia proposicionales, para hacer computaciones, para tener colores, sabores, olores, etc. El cuerpo humano toma señales del mundo exterior a través de los sentidos y los convierte en representaciones / simulaciones / «reflejos» albergados en cada momento de experiencia. Podríamos tal vez imaginarlo como si el cerebro «doblase» o alterase el campo de qualia para darle todas esas formas útiles que experimentamos y que concebimos implícitamente (y equivocadamente) como una conexión directa con la realidad externa. En varios estados alterados entonces, este campo toma otras formas menos «dobladas» y más sencillas, o se «dobla» / forma de otras maneras, produciendo experiencias muy diferentes a las usuales.
A la visión de identidad personal que concibe lo que somos como momentos de experiencia, Daniel Kolak la llama individualismo vacío, se diferencia del individualismo cerrado en el hecho de que no concibe de lo que somos como todo el segmento de nuestra vida sino como momentos de experiencia discretos y separados. Podemos ver esta concepción de lo que somos como algo mucho más coherente con la realidad que el individualismo cerrado, ya que podemos interpretar la sensación de unidad de todos los momentos de una vida (y la sensación del paso del tiempo) como una característica estructural de cada uno de estos y no como una realidad ontológica. Según el individualismo vacío, no somos a la vez varios momentos de experiencia sino que somos uno solo «este».
Considerarnos a nosotros mismos como sistemas físicos que son colecciones de momentos de experiencia suele (y podríamos argumentar que debería) tener varios efectos sobre la manera en que actuamos. Por ejemplo sobre nuestra idea del perdón (aunque para esto en realidad se necesita solamente la parte en que somos sistemas físicos), de una manera la persona que cometió el error no es la misma con la que interactuamos después ¿entonces por qué no habríamos de perdonar? (por supuesto esto no quiere decir que no deberíamos poner esfuerzo para que aquellos errores no vuelvan a ocurrir, de hecho hacer esto es tremendamente importante).
También la forma en que muchas veces racionalizamos el dolor de alguien que, por ejemplo tiene una muy mala experiencia con psicodélicos, o cualquier otro tipo de mala experiencia, donde pensamos que esa «persona» se va a beneficiar después, deja de tener sentido, los momentos de experiencia extremadamente horribles que ocurrieron simplemente están ahí, ellos no se benefician ni nunca se beneficiarán.
El tiempo
La idea del individualismo vacío (y las ideas de la identidad personal más generalmente) está muy relacionada con nuestra concepción del tiempo. Existen varias maneras para comprender la naturaleza ontológica de este mismo y estas tienen mucho poder para definir la manera en que concebimos de la realidad y en la que actuamos. Existen dos formas de concebir el tiempo particularmente relevantes, la primera es el presentismo, que va de acuerdo con nuestra idea intuitiva del tiempo, solo existe el pasajero presente, el pasado solo es un recuerdo y el futuro solo existe en nuestras imaginaciones y la segunda es el eternalismo, que dice que el pasado y el futuro son tan reales como el presente, estos en realidad son como «otros lugares» solo que en vez de nosotros estar distanciados de estos solamente a través de 3 dimensiones espaciales, estamos distanciados también por una cuarta: el tiempo. Todos los momentos existen, siempre han existido y siempre existirán.
La argumentación en favor del eternalismo suele darse en base a la relatividad de Einstein, en el pasado se pensaba que existía una especie de metrónomo que le dijera a todo el universo qué momento es. Sin embargo, con la relatividad, descubrimos que diferentes marcos de referencia en el espacio-tiempo tienen diferentes planos de simultaneidad (algo que puede parecer simultáneo desde un marco de referencia, desde una «perspectiva», no lo es desde otro), no existe una línea del presente absoluta, no existe un único presente. Los modelos de la relatividad modelan por esta razón el tiempo y el espacio como un continuo de cuatro dimensiones. Una argumentación más precisa en base a la relatividad a favor del eternalismo es el argumento de Rietdijk–Putnam.
Juntando la idea de individualismo vacío con la del eternalismo, tendríamos entonces una idea del universo donde todos los momentos de experiencia simplemente «están ahí», siempre lo han estado y siempre lo estarán, a la vez estando estos separados. Nuestra noción del paso del tiempo también puede ser entendida desde una perspectiva realista indirecta, podemos entender nuestra sensación de este mismo como una característica estructural de cada momento de experiencia. A esta característica de nuestra representación / simulación del mundo Andrés Gómez Emilsson la llama la pseudo-línea de tiempo y así como con las demás características de esta, puede verse sujeta a alteraciones muy significativas. Por ejemplo, como se explora en el artículo del mismo nombre, podemos experimentar momentos de eternidad, bucles temporales, alteraciones en la sensación de velocidad del mismo, entre otras.
La unidad universal y el individualismo abierto.
La tercera visión sobre la identidad personal descrita por Daniel Kolak es la del individualismo abierto. En esta visión, aproximadamente se concibe del universo como una sola estructura de qualia, la cual se segmenta en algunos puntos generando una ilusión de separación. Cada ser tendría momentos de experiencia que aunque aparentemente son solo propios, comparten la misma esencia universal. Se puede argumentar que, si aceptamos que sí existimos de momento a momento, tendríamos que ser entonces todos los momentos de experiencia del universo, esto debido a que es extremadamente difícil encontrar un cargador propio «solo mío» de la identidad personal que nos distinga de ser a ser (por ejemplo, toda la materia y energía que conforma nuestros cuerpos se esta cambiando constantemente, sin haber en esto algo realmente constante). Así entonces, el verdadero y único portador de identidad, nuestra esencia compartida la compartiríamos con las estrellas, con los electrones, con los animales, con los quarks y con todo lo demás.
Desde la física tampoco hemos encontrado nada que pueda actuar como tal cargador de identidad propio y único. Hasta donde sabemos, los momentos de experiencia que somos ,son simplemente otra instancia de los campos de la física, no algo fundamentalmente diferente a estos mismos, concepción que concuerda con los comportamientos que nuestra experiencia sigue, la cual, como cualquier otro sistema físico, actúa acorde a leyes físicas (por ejemplo tiene comportamiento de ondas no lineales). Si ponemos la suficiente atención podemos notar que esto es el caso para los estados sobrios comunes, aunque esto se tiende a volver mucho más evidente en estados alterados de consciencia (sean estos producidos por meditación, sustancias psicoactivas o cualquier otro medio).
Imagenes usadas en The Hyperbolic Geometry of DMT Experiences: Symmetries, Sheets, and Saddled Scenes
Es más, existen formas de entender la física que más bien concuerdan con esta idea de la unidad universal, un ejemplo es la idea del universo de un único electron postulada por john wheeler, la cual entiende a todo el universo como manifestaciones de una única entidad. Seríamos entonces esa entidad.
Bajo el Individualismo Abierto, ese único electrón eres tú. De cada momento de experiencia al siguiente, puede que hayas experimentado la vida como mil trillones de animales diferentes, haber sido 10^32 partículas macroscópicas entrelazadas y fugaces, y haberte quedado atrapado como un solo electrón no interactivo en el medio intergaláctico durante gugoles de años subjetivos. Por supuesto, no recordarás nada de esto, porque tus recuerdos, y de hecho toda tu arquitectura motivacional y programas de anticipación, están incrustados en el cerebro que estás instanciando en este momento. Desde ese punto de vista, no hay absolutamente ningún rastro de las experiencias que tuviste durante este paréntesis.
La forma de describir la visión de un solo electrón mencionada anteriormente sigue siendo solo una aproximación. Para verlo completamente, también debemos abordar el hecho de que no hay un orden «natural» para todas estas experiencias diferentes. Cada forma de factorizarlo y describir la historia del universo como «esto sucedió antes de que esto sucediera» y «esto, ahora eso» podría ser igualmente inaplicable desde el punto de vista de la realidad fundamental.
Andrés Gómez Emilsson escribiendo sobre el único electron en este artículo.
Juntando la idea de la unidad universal con el eternalismo, podríamos entender el universo como una única estructura o campo espacio-temporal que esta compuesta por todos los momentos de experiencia.
La solución al problema de la limitación de la consciencia (the boundary problem of consciousness) (artículo de este tema publicado en frontiers, explicación más informal) propuesta por el qualia research institute, busca entender la manera en que esta estructura, mirándola como un campo, se separa en momentos de experiencia discretos como un resultado de la topología del mismo, de la misma manera que podemos doblar un globo de payaso para formar «mónadas», las cuales siguen siendo parte del mismo globo. El campo universal se separa en mónadas que conforman cada momento de experiencia, mismas que exhiben propiedades holísticas que les otorgan beneficios computacionales (lo cual es un tema que no alcanzamos a abarcar en detalle en este blogpost). Desde esta perspectiva, podemos encontrar una especie de armonía entre las visiones vacía y abierta de la identidad personal, de una manera estamos separados y de otra somos parte de lo mismo.
Al pensar sobre el individualismo abierto también nos damos cuenta de que el sufrimiento y su verdadero y en muchos casos inconcebible horror no es algo ajeno a nosotros. En realidad, todo este es de una manera nuestro. Por supuesto lo mismo ocurre con todo el. Este hecho junto a una investigación más detallada sobre la valencia que nos hace pensar sobre sus verdaderas magnitudes, debería motivarnos a actuar.
El individualismo abierto tiene muy probablemente la capacidad de causar un antes y un después en la organización del mundo, el sentimiento de unidad junto a los argumentos filosóficos rigorosos a su favor tienen el potencial de solucionar muchísimo de los problemas de coordinación y otros problemas que aquejan al mundo hoy en día.
Los humanos no somos un «algo fundamental»
Los seres humanos tendemos a representarnos a nosotros mismos como «entidades fundamentales», resultaba mucho más fácil en nuestro pasado que nos representásemos los unos a los otros de esta manera simplificada, en vez de tener una visión más detallada y más acorde a la realidad, A través de nuestra historia han habido varias ideas relacionadas con este tipo de concepción, como la idea del vitalismo, o varias concepciones del alma. Sin embargo si analizamos de una manera más rigurosa lo que conocemos sobre nosotros mismos a través de la ciencia, nos damos cuenta de que el concebir de nosotros mismos como algo fundamental (lo cual suele venir de la mano con el individualismo cerrado) es bastante difícil de sostener. Conocemos que nuestras células son sistemas físicos con una muy gran complejidad y que estas mismas se juntan para formar estructuras emergentes, como los órganos, las cuales sin embargo se siguen rigiendo por las mismas leyes de la física que se aplican en menores escalas (y en mayores).
Neuronas coloreadas artificialmente
Es así que podemos entendernos a nosotros mismos como sistemas extremadamente complejos que adquirieron su forma durante millones de años de selección natural, pero que sin embargo se siguen rigiendo bajo las mismas leyes del resto del universo y que están hechos «de lo mismo» que el resto. Tal vez lo poco comunes que somos y nuestra gran inteligencia nos hace «especiales» de alguna manera, pero en últimas somos simplemente también sistemas físicos, así como las estrellas de neutrones, así como los volcanes, así como los océanos, así como los agujeros negros.
Otra forma interesante desde la que podemos considerar la naturaleza de nuestra existencia es tomando una especie de «perspectiva desde ninguna parte» podríamos imaginarnos mirando el universo, para allí encontrar una pequeña acumulación de materia (el «planeta tierra»), con una temperatura y otras condiciones adecuadas para que los campos de la física se organizaran mediante un proceso de selección natural en sistemas de una grandísima complejidad (la «vida»), algunas organizaciones de estos campos de la física formaron «cerebros» donde generaron momentos de experiencia que actuaron como representaciones / simulaciones de la realidad, en estas representaciones existía un sentido de identificación con el sistema al que dirigían, con el «yo», estos tipos de sistemas (los «seres vivos conscientes») tuvieron una ventaja reproductiva muy grande, dentro de estos mismos, emergió uno con una inteligencia particularmente alta, los «seres humanos» quienes ahora están descubriendo su verdadera naturaleza y la verdadera naturaleza de la realidad.
¿Si el universo es un campo de consciencia dónde estarán la mayoría de experiencias?
Por qué importa todo esto
Casi seguramente todos reconocemos, en algún nivel, que el actuar asumiendo cosas equivocadas puede resultar dañino. Si alguien, sin haberlo revisado apropiadamente, solo adivinando, asume equivocadamente que un avión esta en un estado adecuado para volar de una manera segura, para que después este mismo caiga, causando daños a sus pasajeros, la gran mayoría de nosotros aceptaríamos que esto fue un error inaceptable y que es necesario que la manera en que interpretamos el estado del avión siga un método riguroso que nos lleve a la verdad del estado de este mismo.
De la misma manera, tiene muchísimo sentido entender que por lo menos algunos de los errores que podemos cometer sobre la realidad de lo que somos y lo que es la existencia, pueden también terminar en resultados muy graves.
El individualismo cerrado, causa en muchos casos, que, dejándonos llevar por lo que aparenta nuestra experiencia, actuemos de maneras egoístas, que producen que dejemos de lado el sufrimiento «ajeno», dejando que este siga ocurriendo o incluso causándolo. Tomando una perspectiva individualista abierta o vacía (o una armonía entre las dos, o una armonía juntando también aspectos del individualismo cerrado), vemos la realidad de los momentos de experiencia ajenos, de nuestra conexión con estos y de tanto su sufrimiento como de su placer bajo otro lente. También nos da un nuevo sentido de urgencia.
«Mi alegría es tu alegría y mi sufrimiento es tu sufrimiento»
«Has con los demás lo que quieres que hagan contigo»
Podemos descubrir nuevas perspectivas, estructuras y formas de mirar estas frases.
La distinción que realizamos subconscientemente entre el yo y el otro, después de considerar el individualismo abierto se suele ver cambiada «vemos el alma detrás» de una nueva manera. Ahora emerge la intención de colaboración.
Viéndolo de nuevo desde una especie de perspectiva de ninguna parte, podríamos notar cómo lo que está sucediendo en realidad es que en algunas de estas secciones del universo que actúan como representaciones del resto de este mismo, existen concepciones implícitas que no tienen bases en algo real y que causan efectos dañinos. Sin embargo ahora progresivamente estas secciones del universo (nosotros) se están empezando a dar cuenta de la falta de base para estas mismas, para así dejarlas disolver y dejar que aquello que a través de una buena epistemología conocen sobre la naturaleza de la realidad construya representaciones más adecuadas y más beneficiosas para todos. ¿Qué lograran con algo tan bonito? ¿Sociedades animadas por gradientes de gozo? ¿El alivio del sufrimiento intenso de tantos seres que por ahora permanecen ignorados? ¿Experiencias órdenes y órdenes de magnitud más puras, más bellas y más intensas que cualquier cosa experimentada en la tierra de principios del siglo XXI? ¿Qué podría llegar a significar el amor? ¿Exploraciones ricas y bellas de las posibilidades en la consciencia que harían parecer la psicodelia de este mismo siglo simples motas?.
La «zona ricitos de oro» de la identidad personal.
Ella te señala los símbolos colgados en las paredes. «Los primeros tres símbolos de allí representan cada una de estas visiones. El que tiene un anillo de plantas y tantos ojos como líneas individuales representa el Individualismo Cerrado. Cada ser tiene un tamaño, forma y tiempo de vida diferentes. Como los árboles, las identidades son desordenadas y complicadas; cada una con su propia narrativa única y temporalmente extendida. El símbolo con un gran ojo en el centro y un arcoíris representa el Individualismo Abierto. Es la consciencia de «Todo Es Uno», que tiene un sabor de arcoíris de espectro completo. Y el de la derecha es el Individualismo Vacío. Cada momento de experiencia es su propia mónada infranqueable, separada de todas las demás mónadas por el fuego fundamental de la diferenciación».
Andrés Gómez Emilsson en Burning Man Theme-Camps of the Year 2029: From Replicator to Rainbow God (2/2)
Cada visión de la identidad personal tiene ventajas y desventajas. El Individualismo Abierto viene con una solución al miedo a la muerte, pero también puede dar lugar a una especie de solipsismo cósmico. El Individualismo Cerrado nos hace sentir fundamentalmente especiales, pero también desconectados del universo y fundamentalmente incomprendidos por los demás. El Individualismo Vacío es filosóficamente satisfactorio, pero puede venir con una sensación de falta de agencia y el temor de ser una rebanada de tiempo atrapada en un lugar negativo. La zona ricitos de oro de la identidad personal nos permite ver el universo como una superposición hecha de lógica paraconsistente de las tres visiones. (definición tomada y cambiada ligeramente del glosario del qualia research institute).
Con este tipo de visión podemos tomar a la vez las diferentes perspectivas que nos ofrece cada visión de la identidad personal. Podemos utilizar el mirarnos como «la persona que somos» para construirnos y tratarnos de una linda manera, un tipo particular de cooperación. Podemos tomar la perspectiva del individualismo vacío para tener una perspectiva seria y adecuada sobre los momentos más desafortunados y para entender lo que está presente en nuestra experiencia. Podemos tomar los beneficios de cooperación del individualismo abierto así como su visión sobre el altruismo. Tal vez aquello que yace en la naturaleza más profunda de la realidad de una manera, no es únicamente una de estas opciones.
Todo esto en últimas para dar una parte de la respuesta a las preguntas ¿qué es lo que realmente está pasando? ¿qué es lo que existe? ¿qué es lo que realmente importa?.